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Noticias de la economía mexicana, una buena y dos malas

Viernes 20 de julio 2012
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La buena: la economía sigue creciendo…

En medio de la recesión en Europa, la caída en la confianza a nivel mundial, la caída de los precios del petróleo, la desaceleración en China y el relajamiento mundial de las políticas monetarias para reanimar la actividad económica, México sigue creciendo a tasas aceptables. En efecto, en julio, el IGAE (un proxy del PIB mensual) reportó un crecimiento de 4.7% anual, lo que refleja el aún buen desempeño de la producción nacional.

Este crecimiento es destacable, dado que después de la caída de 6.0% en el PIB reportado en 2009, México crece ahora aún a tasas importantes, promediando 4.5% anual durante 2010-2012, condición que no se veía desde el 5.9% anual del trienio 1996-1998 (después de la crisis de 1995). Es importante destacar que el driver del actual crecimiento son las servicios, cuyo dinamismo de asocia al mejor desempeño del mercado interno, donde, a su vez, sigue siendo crucial la generación de empleos, la estabilidad de las tasas de interés, el dinamismo del crédito, entre otros factores.



Desde otra vista, quien también está sosteniendo el avance de la economía mexicana es la inversión, con un crecimiento de 7.6% promedio anual durante 2010-2012, casi el doble que el PIB general. Esta variable representa 21% del PIB y se requiere que crezca de una manera dinámica para que se convierta en el driver natural de la economía.

Para este año, la economía mexicana crecería casi 4.0%, una buena tasa, a pesar del cual sería la más baja para una transición sexenal desde 1988, cuando el PIB creció solo 1.3% (4.8% en 1994, 6.0% en 2000 y 5.2% en 2006). No obstante lo anterior, las perspectivas son menos favorables para 2013, ya que México crecería alrededor de 3.6%, una moderación que se explica por el ambiente de desaceleración que vive Estados Unidos.

… la mala: repunta la inflación

La noticia mala es que la inflación se presiona al alza. En la primera quincena de septiembre, los precios al consumidor aumentaron 0.25%, con lo cual su tasa anual se elevó hasta 4.73%. Se trata de la tasa anual más elevada desde la primera quincena de marzo de 2010.

Este repunte puede tener un carácter temporal, debido a la incidencia derivada de los precios del huevo (efecto de la escasez de este producto) y otros productos agropecuarios. Si bien puede generar cierta preocupación a la autoridad monetaria (Banxico), no creemos que sea motivo para una modificación de la tasa de referencia o de política monetaria, más aún cuando se sabe que el Banco Central Europeo, El Banco de Japón, el Banco de Brasil, el Banco de China, entre otros, están bajando sus tasas; o como la FED, que decidió dejarlo sin cambios hasta 2015.

Como se sabe, la meta de inflación del Banco de México es 3.0% +/- un punto porcentual, o sea en el rango 2% - 4%, por lo que el reciente repunte de los precios se desvía de la meta oficial. Dado que la tasa de política monetaria está en 4.50%, el mercado está reportando hoy tasas reales negativas, lo cual hace pensar en ciertas presiones sobre la política monetaria. Sin embargo, insistimos, la tasa de referencia no sería ajustada hasta no ver señales más claras sobre la trayectoria de la inflación. Para este año, la inflación sería de 4.2%.

… la otra mala: se estancan las exportaciones

La economía norteamericana está mostrando claras señales de desaceleración. En agosto, la producción industrial de Estados Unidos retrocedió 1.16% con relación a julio (cifra desestacionalizada), su peor caída desde marzo de 2009. Con ello, la producción industrial creció 2.8% anual (Ago 12 vs Ago 11), también su peor desempeño desde el primer trimestre de 2010. A ello se suma que el desempleo no ha descendido y más bien se ha mantenido arriba de 8.0%, además de que los precios del petróleo (WTI) tienden a la baja y se ubican por debajo de USD 92 por barril. Al final, los indicadores de confianza también continúan a la baja.

No son buenas noticias, ya que es previsible una mayor desaceleración de la economía de Estados Unidos para éste y el año entrante. Ante ello, estaremos a la espera de los efectos que pudieran derivarse del estímulo monetario por USD 40,000 millones que cada mes inyectará la FED a la economía, y por tiempo indefinido, hasta que el desempleo muestre una baja importante.

Por lo pronto, el impacto del menor crecimiento en Estados Unidos ya se está resintiendo sobre México, ya que nuestras exportaciones de agosto reportaron un estancamiento, al crecer marginalmente (0.6% anual). En una ventana de 12 meses, es evidente la desaceleración de nuestras exportaciones manufactureras, que van claramente camino a una contracción.

Asimismo, las exportaciones petroleras muestran caídas por cuatro meses consecutivos, lo que revela los efectos de la desaceleración de la economía mundial (menor demanda en volumen), además de los efectos de la caída de los precios de la mezcla de exportación. Las perspectivas petroleras son hacia la baja, por lo cual es previsible que las ventas petroleras continúen con esta tendencia.

Las exportaciones de México representan 30% del PIB, siendo el segundo componente de la demanda más importante después del consumo privado (65%). Por su importancia, una caída de nuestras exportaciones impacta de manera significativa sobre la economía general.

En resumen, los indicadores económicos de México presentan un comportamiento diferenciado. Por un lado, la economía sigue creciendo gracias a que el mercado interno se mantiene con tendencia ascendente; por otro lado, la inflación se desordena levemente sin que ello signifique un descontrol de la misma (Banxico no subirá las tasas de interés), mientras que las exportaciones ya resienten los efectos de la desaceleración de la economía mundial.